El arquitecto Felipe Saravia ha compartido con nosotros su proyecto de espacio comunitario para la cancha pública del Fútbol Club de Linares, en la región del Maule, Chile. Su intervención nace a partir de los usos pre existentes -los cuales no estaban bien definidos espacialmente- y de los materiales encontrados en el lugar, entre ellos, adoquines de piedra, áridos y una serie de viejos árboles caídos que fueron reutilizados en el proyecto de forma simbólica.
La memoria de la propuesta y un completo set de imágenes del proceso constructivo, después del salto.
Descripción por el arquitecto.
“Surge de forma precaria, espontánea, donde se improvisa la actividad de forma voluntaria”
La práctica deportiva en el campo de lo amateur, el territorio, las actividades que ahí se generan, la materia y la innovación, fueron las motivaciones que dieron pie al proyecto, el cual se encuentra fuertemente arraigado a las costumbres y actividades propias del fútbol de barrio.
La cancha consta de múltiples factores corpóreos a esta, como materialidad, colores, olores; factores de contextualización que hacen que cada una sea distinta a las demás. Pese a que las actividades son similares en muchas de ellas, hay un lenguaje común, una cierta homogeneidad que se replica en el fútbol amateur, lo informal se puede apreciar en sus actividades complementarias al que hacer mismo de la cancha.
Dentro de este contexto, una vez recorrido y asimilado el lugar, se presentan múltiples interrogantes de formas y funciones a partir de los ritmos formales e informales de este, de su manera de funcionar, recorridos, pausas, etc.
El fútbol cobra una cierta relevancia, la cual se ve reflejada en un interés de ciudad. El catastro hecho sobre las asociaciones y clubes existentes da como resultado unas 3000 personas cada fin de semana practicando dicha actividad.
Entendiendo el lugar y sus características, se procede a hacer un reconocimiento in situ de la materialidad que pudiese ser parte del proyecto, a modo de tentativa, debido a que una de las premisas sería la de construir con lo propio del lugar, intentando disminuir la huella de carbono y los esfuerzos para realizar la obra.
Una de las premisas fue que la actividad del fútbol fuera un puente entre las otras actividades que se generan en el lugar, además de llevar la arquitectura a un lugar donde la mayor parte de las ideas son concepciones tradicionales y viscerales, arraigadas a la tradición y a la inercia de cómo equipar estos territorios y sus infraestructuras.
Luego de un extenso proceso de diseño de productos vinculados a la materialidad del proyecto, se van desarrollando soluciones en ambas directrices, las cuales se combinan con lo que el lugar va entregando.
Se comienza con una visita a terreno, en el que se han dejado una serie de árboles dispuestos en el terreno a manera de desecho, apilados en un sector próximo al lugar estudiado.
Se hace una investigación de su procedencia y origen, y se piden los permisos correspondientes para hacerlos parte del proyecto.
Con estos antecedentes, estudios de cabida y de diseños estructurales, se crea el proyecto definitivo; un proceso muy gratificante que iría develando ciertas complejidades propias de un proyecto que, desde sus orígenes, fue un aprender haciendo, un avanzar y retroceder, un maquetear uno a uno.
La materialidad de la obra fue dada por el entorno, tanto los arboles como los adoquines, son propios de la ciudad, son parte de su historia, de su tradición, las cuales le entregan una memoria a la propuesta. El resultado sería algo nuevo, pero la materialidad siempre estuvo ahí y seguirá siendo parte de ellos durante mucho tiempo más.
La idea de invertir los árboles se iría forjando con la necesidad de considerar estos elementos para volver a disponerlos en el paisaje.
El cómo generar una medida y un espacio reconocible en el contexto sería una de las premisas a considerar, el desafío de entregar a cada elemento una relevancia tal que pudiese identificarse Individualmente y en su conjunto, y que en gran medida este conjunto se hiciese notar de manera relevante. El invertir los arboles a manera de metáfora iría generando una cierta discusión en la comunidad, al ser una operación radical y patente.
Afrontar un proyecto y hacerlo posible nunca es fácil, hay muchos factores a considerar y cada uno es tan importante como el otro, en definitiva se trata de un conjunto de voluntades que deben ser orientadas de la mejor forma y la más profesional, para entregar un resultado tal que sea motivo de orgullo, admiración y ejemplo para el resto.
En particular disfruté mucho esta experiencia, la cual se fue forjando durante todos mis años de enseñanza en la escuela, en la cual uno se va formando como profesional y llegando a un estado de madurez de afrontar un desafío tal que vincule los sentimientos, la concepción y el que hacer arquitectónico.
Como se dijo en alguna oportunidad “llevar la arquitectura a lugares donde no las hay” es de cierta manera acercar a la gente lo que uno fue aprendiendo durante los años. En definitiva, poder reunir múltiples factores sociales, económicos, culturales, de vivencias y poder plasmarlos en una obra que generará en el tiempo muchas más historias, es algo que llena de orgullo y satisfacción.
Siendo este el último paso en mi etapa académica y dejando una huella en la escuela y la sociedad, es que no queda más que dar gracias por entender y dar lo mejor de sí con las herramientas entregadas para hacer de este un lugar mejor.
Arquitecto: Felipe Andrés Saravia Arias
Nombre de la Obra: Asociación de Arboles Invertidos, Viejos Cracks
Ubicación de la Obra: Linares, Región del Maule, Chile
Coordenadas KMZ: 35°51’43.2299’’ S (latitud) 71°35’49.5299’’ O (longitud) altitud 149.8558
Área: 380 m2
Tema: Intervención Espacios Públicos
Estrategia: Infraestructura pública cancha Futbol Club Municipal
Materialidad: Adoquines, áridos, Árboles
Proceso de Diseño: Abril-Diciembre 2013
Proceso de Construcción: Enero-Abril 2014
Profesor guía: Blanca Zúñiga Alegría
Inspección Técnica De Obras: Cristián Palma
Costo Obra: 13.720.000 pesos chilenos
Financiamiento: Municipalidad de Linares, Club Deportivo Municipal, particular
Fecha Presentación Obra: 08 de Mayo del 2014
Fotografías: Felipe Saravia Arias